Espero veros en las calles a todos los que aplaudís ahora, a todos los que pintáis arcoiris en las ventanas y gritáis viva España. Espero veros a todos lo que hacéis de policía desde vuestro balcón cuando pasa alguien por la calle. Espero que la exaltación con la que salís a corear a los que se están dejando la vida por nosotros, se convierta en concienciación que os haga movilizaros de una vez por nuestros derechos y los de todos. Porque sois muchos ahora los que hacéis ruido desde vuestro balcón, muchos más de los que he visto nunca en cualquier manifestación para que no arrasaran con nuestros derechos y muchos más de los que jamás han secundado una huelga general en nuestro país para reivindicar no solo pan, sino también dignidad. ¿Dónde estabais entonces cuando tanto os necesitamos? ¿Pasaréis de la arenga y el fervor a la acción y la lucha? Porque está bien animarse, lo hacen todos los jugadores de cualquier deporte o los militares, antes de pasar a la acción. Pero saben que luego viene la acción, que el grito, la palmada al compañero y el enaltecimiento por sí solos no sirven para nada. Durante años hemos sido un país de mansos y padefos, muchos de los cuales son ahora los que más aplauden desde sus balcones gritando vivas Españas y hola fondo norte, hola fondo sur. A ver si es verdad que esto sirve para algo. A ver si es verdad que os concienciáis de las cosas importantes y de que no hay que tolerar que los derechos y el estado de bienestar que tanto han costado conseguir se pierdan. Y no solo aplaudáis a quienes están currando ahora para salvarnos la vida dejándose el pellejo. Pitad a los que defraudan hacienda, a los que roban, a los corruptos, a los que ostentan cargos oficiales por ser hijos de, a los que privatizan, a los que rescatan empresas privadas con dineros públicos y destrozan todas las empresas públicas para justificar que se privatice cada día más. Porque de esos barros esos lodos.
Cuando todo esto acabe habrá fiesta, jolgorio y alegría, pero también nos quedará por delante mucha lucha. Lucha por reconquistar los derechos que nos quitaron y por hacer, entre todos, una sociedad mucho más justa en la que el centro seamos las personas, no los beneficios de las empresas para las que somos tan solo un número en su balance de cuentas. Espero veros en las calles entonces, porque con los aplausos no basta.
Diario de un interino 
Extraordinaria arenga, pero me temo que la memoria es bastante corta. Poco a poco los ánimos exaltados se enfriarán rápido, en cuanto las masas puedan mercadonear a la hora que quieran,con los niños aprobado el curso y paguita ayudanticia. Luego, una buena privada mamando del estado mientras saca pecho y da con buenos marketineros que hagan cherry picking creíble: Noticia en abc y ok diario¡ gracias al esfuezo individual de los verdaderos españoles y los empresarios se salió de la crisis. Y ya se sabe, que las tragaderas de la masa no tiene límites…
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Es lo mismo que pienso yo. Pero cuando esto acabe no se hará nada. La gente aplaude a los ladrones porque dan unas migajas de lo que roban; aplauden a quienes viven para la guerra y la muerte, a los cuales, a pesar de las crisis, no se les han recortado las subvenciones en investigación militar, es decir en armas para matar seres humanos. Este parón obligado no hará que la gente reflexione y deje de pensar con el estómago y empiece a cuestionarse las cosas, porque es desde el pensamiento crítico que se puede avanzar. Infinidad de los que aplauden no se plantean nada porque la gente se muera de hambre, critican a los migrantes que huyen de las guerras y la miseria y nada dicen cuando oyen que seres humanos mueren por las armas que sus propios gobiernos venden; nada hacen contra su monarquía y políticos ladrones, etc. Me encantaría equivocarme en estos pensamientos que tantos años vengo sosteniendo, pues supondría que los trabajadores y el pueblo han vuelto a recuperar la conciencia adormecida.
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