Se puede ser «de izquierdas» y tener dinero

De hecho, hay gente que tiene mucho dinero y es «de izquierdas». Las personas que nos consideramos «de izquierdas» no queremos la pobreza universal, ni la muerte de los ricos, ni vamos regalando los ahorros y posesiones que podamos tener, ni expropiando las de los demás. Las personas que nos consideramos «de izquierdas» lo que queremos es una sociedad más justa, en la que servicios como la educación pública, la sanidad, las pensiones y la dependencia, sean los pilares de eso que se llama el estado del bienestar. Queremos una sociedad sin grandes desigualdades, no que todos nos igualemos por abajo. Queremos que no haya pobreza, ni miseria, ni gente que no llega a final de mes aún trabajando de sol a sol. Queremos que todo el mundo pueda recibir una buena educación, tener acceso a la sanidad, jubilarse sin pasar penalidades o recibir ayuda cuando se tenga un problema de salud, sin depender de la capacidad adquisitiva. Queremos justicia y igualdad. Que no se muera nadie o sufra enfermedades por no tener suficientes recursos económicos.

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Para ello, es necesario un reparto de los recursos económicos de los que disponemos. Esto supone que los trabajadores reciban un sueldo digno que les permita no solo sobrevivir, sino vivir. Vivir no es solo comer y pagar el techo de la casa donde vives, luz, agua, ropa y transportes. Vivir es todo lo que no haces cuando estás trabajando. Es ir al cine, hacer deporte, poder salir a tomar algo con amigos, acceder a la cultura, poder leer, poder ir al teatro cuando te apetece, viajar, apuntarte a inglés, o a mindfullness… Cosas que no se pueden hacer si no tienes dinero. Cosas que pueden ser más baratas y menos elitistas, si están sufragadas en parte por el estado, o simplemente gra (me refiero a la cultura, no al consumo de bienes). Y cómo se sufraga eso, cómo se consigue que haya menos desigualdades. Pues las personas que somos «de izquierdas» pensamos que con una serie de leyes y una Constitución que decrete que esa igualdad y justicia social son básicos y la razón de ser de este estado llamado España. Esas leyes deberían servir para obligar a cualquier empresa a pagar un sueldo digno a sus empleados, para que las personas que ganen mucho dinero paguen muchos impuestos y contribuyan más al estado del bienestar, para establecer que el salario mínimo no sea una miseria, etc. Es decir, lo que pretendemos es un reparto lo más justo posible para que no haya muchas personas que atesoren muy pocos recursos, mientras hay otras pocas que tienen mucho más de lo que van a necesitar, si vivieran 100 vidas.

No voy a defender a Pablo Iglesias de su hipocresía, porque él ha entrado voluntariamente en el juego de identificar a la derecha con los ricos y a la izquierda con los que no tienen dinero. Voy a defenderle del ataque ad hominem que está recibiendo él y todos los que nos consideramos «de izquierdas», porque la derecha no ataca solo al líder de Podemos y a su pareja, sino al hecho de que alguien de izquierdas pueda tener dinero obtenido de manera ética y legal. El mensaje es perverso, las personas que votan opciones «de izquierdas» no pueden ser buenas si tienen dinero. Los yates, los «chaletes», los Mercedes en el garaje de casa y las comilones con langostinos y gamba roja es cosa de gente de derechas. El mensaje es toda una declaración de intenciones y una manipulación evidente de la ideología de la izquierda y del voto de los trabajadores. Si quieres ser como nosotros, vótanos a nosotros. Cuando, en realidad, votar a la derecha supone votar al mantenimiento de una desigualdad que permite que los de siempre sigan teniendo mucho y cada día más, mientras los demás, siguen teniendo poco y cada día menos. Ese es el mensaje que lanzan cuando critican a Pablo Iglesias, cuando se habla de la boda de Garzón o las mariscadas de ciertos representantes de sindicatos que no me gustan nada pero que tienen todo el derecho del mundo a gastar su dinero como les sale de los bemoles.

Nadie critica los relojazos de los políticos de derechas, ni los trajes, ni los casoplones, ni los bodorrios de sus hijas con otros que también tienen mucho dinero. Y es lógico, tener dinero no es criticable. Lo que es criticable es tener dinero mientras recortas salarios y derechos a quienes no lo tienen. Lo que es criticable es tener dinero obtenido de la corrupción y de la venta a trozos del estado para que otros monten negocios sufragados con los impuestos de todos. Lo que no se puede hacer es dejar que empresas privadas gestionen servicios públicos y rescatar empresas privadas con dinero de todos, mientras se pone en peligro sanidad, pensiones y educación y se dice que no se pueden aumentar los salarios, porque no hay dinero, porque se lo han gastado en dárselo a los que más tienen, a costa de vaciar los bolsillos de los que menos gana y poseen.

Hay que salir de ese juego y de esa falsa asociación que es la de la izquierda y la pobreza. Una persona «de izquierdas» puede tener dinero, puede tener posesiones, puede tener un BMW y puede irse a comer una mariscada cuando le apetezca, o celebrar un bodorrio para celebrar la unión con su pareja. Incluso jugar al pádel o tener un apartamento en Torrevieja o Benidorm. El problema no es ganar mucho dinero de manera legal. Nadie de izquierdas quiere ganar poco. Lo que queremos, es que todo el mundo gane más que lo suficiente. Lo que queremos es que se cobren impuestos altos a las rentas altas, lo que queremos es que los que tienen verdaderas fortunas contribuyan mucho más que los demás, lo que queremos es que no se inventen herramientas fiscales para que los ricos tengan más privilegios y paguen menos de lo que deben, o que se rescate empresas privadas que no sirven para nada (autopistas) con costos millonarios que pagamos los de abajo, en vez de los de arriba. Lo que queremos es, en definitva, un reparto de la riqueza, no una generalización de la pobreza.

10 comentarios en “Se puede ser «de izquierdas» y tener dinero

  1. Supongo que no habrá respuesta porque es un post de hace mucho , pero bueno allá va: felicidades por el texto , tienes toda la razón. A mí me genera mucho conflicto personal y social el tema del dinero al comparar situaciones con otra gente . Yo me considero muy muy de izquierdas , y sin embargo siempre estoy con un miedo de que se me tache de hipócrita por lo que tengo , por la familia de la que vengo o por las oportunidades que haya tenido en la vida en comparación con otras personas . No sé dónde está la línea de la hipocresía o si realmente está no está clara y siempre vas a poder ser juzgado mal por alguien . Dado que has comentado a Pablo Iglesias , él tendrá su dosis de hipócrita o de lo que sea , lo que pasa que me pregunto si era necesario emplear un populismo ( con lo bueno y malo que tiene ) para poder lograr un poder que permita hacer eso que queremos la gente de izquierdas : disminuir la desigualdad . En fin gracias por el post.

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    • Pablo Iglesias recalca que, según la Constitución, toda la riqueza del país está “subordinada al interés general». Maestre propone, un impuesto de Sucesiones del 100 %, es decir, eliminar las herencias. ¿Aceptaría todo eso?

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      • Yo acepto que se respeten las leyes que proponen las personas que votamos entre todos. Eso es la democracia, que si no me gusta algo lo puedo cambiar. También acepto que la Constitución no sea un simple escrito, sino el pilar sobre el que se levanta el estado de derecho. Personalmente, no estoy a favor de eliminar las herencias, es suficiente con grabar a las grandes fortunas, su patrimonio y luchas contra el fraude fiscal.

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