Los profesionales de la educación desprecian la evidencia científica

En un colegio han aprobado un proyecto innovador, repartir tabletas para todos los alumnos. Hace unos pocos días, la OCDE publicaba algunas conclusiones de PISA: los alumnos que leen en papel comprenden mejor lo que leen que los que lo hacen en medios digitales. La revista Science Direct apuntó en la misma dirección: el uso de la tecnología empeora los resultados académicos. Aún no se ha evidenciado que la tecnología digital mejore el aprendizaje de ningún contenido, exceptuando los relacionados con el consumo de esos contenidos digitales, pero se sigue insistiendo en que es el futuro y en que la manera de aprender ha cambiado, falacias ambas fácilmente desmontables, que no son más que eslóganes que se repiten sin ninguna base científica.

Nadie sabe qué es el futuro y, aunque lo supiera, una cosa es decir cuál va a ser el futuro y, otra, decir cuál es el futuro más apropiado. El presente es que muchos críos usan muchísimas horas al día diversos dispositivos digitales. Suelen ser, además, los que más problemas de conducta y dificultades de aprendizaje presentan. Que este sea el presente no significa que debamos resignarnos, ni que sea el mejor de los presentes.

La manera de aprender tampoco ha cambiado. El cerebro que tenemos los homo sapiens sapiens es exactamente igual al que teníamos hace dos millones de años. La tecnología ha cambiado, pero nuestra manera de interactuar con el mundo sigue siendo la misma. Por eso pasan cosas como que aprender a escribir sea un proceso mucho más exitoso si se realiza en soporte físico que en formato digital. Por eso la evidencia deja bien claro que estudiar con un libro y tomar apuntes es mucho más eficaz que hacerlo usando una tablet, móvil u ordenador. Y los mismos estudiantes lo saben por experiencia, prefieren cualquier clase presencial, a las mejores herramientas digitales a distancia.

En los colegios seguimos apuntándonos a lo último, haya evidencias científicas, o no, de que lo último es lo mejor. Si en Finlandia aprenden por fenómenos y sin aulas, aquí lo copiamos, aunque las pruebas de PISA cada año les salgan peor. Si Google dice que el futuro de la educación es virtual, nos lanzamos a comprar Chromebooks, aunque no haya un solo estudio que evidencie que mejore la adquisición de conocimientos y competencias y sí alguno que dice lo contrario. Nuevo no es bueno. Lo bueno es lo que funciona de la mejor manera, sea viejo o nuevo. En los centros educativos no deberíamos estar tan pendientes de usar lo último y sí mucho más atentos a si hay alguna evidencia sólida de que eso último realmente funciona, o no. Si no lo hacemos así, seguiremos adoptando herramientas que lo único probado que consiguen es mejorar la salud económica de quienes las fabrican y venden.

Deja un comentario