La calle donde se cortan los árboles para poder ver el mar

En cierta zona de una ciudad levantina, de altas temperaturas veraniegas, parece que los árboles molestan a los vecinos, pues no les dejan ver el mar. Ni cambio climático, ni sol asesino, ni respeto por la naturaleza. El criterio que debe haber guiado la mano cercenadora, es el derecho a disfrutar de las vistas, aunque eso suponga que no quede nada del poco arbolado que hay, en una ciudad en la que la lluvia y la vegetación son escasas. De la noche a la mañana, aparecieron cortes en los troncos de varios de los árboles. Ya han muerto muchos y acabarán muriendo todos los que quedan, si esto sigue así. Alguien parece haberse empeñado en que los árboles no le impidan ver el mar.

En la calle del velero, los árboles no pueden impedir que los vecinos vean el mar. La preferencia personal, por encima de las necesidades de la comunidad; el interés particular, por encima del bien común. La vista es horrible ahora, al pasear por un tramo de la calle del velero. Los árboles ya no impiden ver el mar, a los dueños de los adosados de lujo, pero tampoco ofrecen refugio para nadie, en los días calurosos de verano en los que el sol aprieta y quema. Y son muchos.

Deja un comentario