Que los resultados de un estudio no estropeen un buen titular

Leo en un artículo: «El tiempo de pantalla no es perjudicial para las habilidades académicas de los niños en edad preescolar, según un estudio». Vaya, interesante. Voy a leerme el estudio y contemplo estupefacto que, curiosamente, se ha observado lo contrario: los niños que más horas pasaron delante de las pantallas mostraban menos habilidades sociales y los que usaron más aplicaciones «sociales» mostraron menor asertividad, habilidades sociales y peor organización de las tareas».

Fantástico, un estudio que dice que las pantallas no afectan y muestra pruebas de que sí afectan negativamente cuanto más se usan. Y sin grupos de control, ni doble ciego, ni nada de nada. Simplemente usan todos las pantallas y, a pesar de que los resultados muestran que, a mayor uso, peores consecuencias, concluye que se no hay ningún problema con las pantallas. Es como hacer un estudio sobre las drogas con adictos y concluir que un uso moderado de la droga es mucho mejor que consumirla mucho. Toma, claro.

Pues nada, más pruebas en contra de las pantallas, aunque se empeñen en contradecir sus propias evidencias. Hale, debajo de este artículo una foto donde se ve que los niños con pantallas no pueden mover el cuello. Ya no hacen falta más evidencias.

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