Hay que actuar contra los acosadores, no contra las víctimas que sufren acoso

Otra noticia de una niña que sufre en un colegio acoso. Habrá más, porque no va a pasar nada. Otras acosadoras a las que no les va a pasar nada. Hablarán con ellas, se hará algún tipo de intervención desde el servicio de orientación y mediación y poco más. La niña acosada, por supuesto, acabará cambiándose de centro educativo y, con suerte, la dejarán tranquila. Con suerte… ¿Alguien se imagina que a una mujer maltratada se le insistiera en el diálogo con el maltratador, o que a la persona que la ha maltratado no se le detuviera porque tiene derecho a la libertad? Pues ese es el argumento que se da cuando unos críos acosan a otra, que tienen derecho a la educación y eso está por encima de todo. Pero esta afirmación es una falacia. Sucede una cosa, que los derechos acarrean unas obligaciones y que hay uno que está por encima de todos los demás, el derecho a la vida y a la integridad. Si alguien vulnera ese derecho, los suyos automáticamente están por debajo de los de su víctima. Y actuar contra una persona que maltrata a otra en un centro educativo es perfectamente posible sin vulnerar su derecho a recibir una educación y al mismo tiempo impidiendo que haga daño a otros.

Vamos a ser claro y concisos, que no hacen falta grandes protocolos para arreglar este problema. Esto, lo del bullying, maltrato, acoso, violencia escolar al fin y al cabo, no se va a arreglar hasta que se tomen medidas firmes contra los acosadores, a los que extra y curiosamente les pasa entre poco y nada. Todas las intervenciones que se llevan a cabo cuando se detecta este problema consisten en hablar, dialogar, sensibilizar,… que me parece perfecto y se tiene que hacer, pero lo primero es proteger a las víctimas, no apartarlas. Al inocente no se le esconde, se le protege públicamente. Eso significa que hay que apartar del la persona inocente a los que la acosan y asegurarse de que no lo hacen más. Primero proteger, luego reeducar. O al mismo tiempo, que también se puede hacer, pero no podemos poner el foco en la víctima y que al final eso suponga siempre que deja de asistir a clase y se acaba cambiando de instituto o de cole y los acosadores de rositas. Si hay que cambiar a alguien de clase, de turno, o de centro, es a las personas que ejercen la violencia, no a las víctimas. Si hay que castigar a alguien, es a las personas que ejercen la violencia, no a la víctimas que sufren aún más cuando la sociedad mira para otro lado y no hace nada con quienes la han maltratado.

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